jueves, 18 de noviembre de 2010

Capítulo 72.


No viví jamás momentos tan felices como los que se sucedieron a continuación.

-Hay algo que quiero que veas-dijo Michael.

-¿El qué?

-¿Ya estás preguntando? Es una sorpresa.

-¿Ya estás con las sorpresas?-me burlé mientras le sacaba la lengua.

Él volvió a deleitarme con una de sus sonrisas y se adentró en la habitación, cogiendo el mando de la televisión y sentándose en el borde de la cama. Palmeó el colchón, indicándome que me sentara a su lado. No tardé apenas tiempo en hacerlo.

-¿Vamos a ver una película?-pregunté con curiosidad.

-¿Sería eso una sorpresa por mi parte?

-No necesitaría mucho más teniéndote a mi lado-respondí a la vez que le daba un leve beso en el cuello.

Sentí como se estremeció ante esa muestra de cariño, pero no despegó los ojos de la pantalla del televisor.

-Vale,vale-refunfuñé-la sorpresa.

Él en cambio sólo me respondió con un asentimiento de cabeza.

-Te va a gustar, ya lo verás.-Y a continuación pulsó uno de los botones del mando.

Lo que vi reflejado en la televisión me dejó literalmente sin habla.
Se trataba de un vídeo casero, en Neverland, en el que se nos veía a Michael y a mí en diferentes momentos desde 1989. Corriendo, cocinando, bailando en el cine, paseando...mis ojos se anegaron en lágrimas a causa de la sorpresa y de la emoción. Esas imagines eran la confirmación de que todo lo que había vivido era real, la confirmación de que, no importara lo que pasara, esas escenas existirían siempre.
Apenas percibí como Michael me rodeó con sus brazos para compartir conmigo aquel momento. Era todo tan precioso, tan mágico...una de las escenas me hizo sonreír. Se trataba del primer día que vivi en Neverland, en el que exploté un globo de agua sobre la cabeza de Michael. Verme corriendo para tratar de esquivarlo me hizo darme cuenta de la cantidad de tiempo que había transcurrido, aún sin yo darme cuenta de ello.
El vídeo finalizó con una frase. Corta, sencilla, pero sincera. Michael la pronunció a la vez.

-A mi pequeña campanilla. Te quiero, Michael.

El vídeo se paró y la televisión se apagó, pero yo aún era incapaz siquiera de moverme o de decir algo, pues en mi mente aquellos escasos minutos no paraban de reproducirse una y otra vez, negándose a desaparecer. Y yo por supuesto tampoco quería. Su voz me sacó de mi ensoñación repentinamente.

-¿Y bien? ¿Te ha gustado?

Tragué saliva para poder hablar, pues la boca se me había quedado seca.

-Es...precioso.

-Sabía que te iba a gustar.

-Pero Michael, hay algo que no comprendo.

-¿El qué?

-¿Cómo no me di cuenta, nunca, en todos estos años, de que nos estaban grabando?

-Bueno, mis camarógrafos están contratados precisamente por eso, por su discreción. A mí desde pequeñito siempre me han grabado, no sólo sobre el escenario. Cuando cumplí la mayoría de edad desee que así continuase siendo, pero sin sentirme observado ni grabado en ningún momento. La verdad es que son unos expertos, ¿No crees?.

Asentí pensativa hasta que sonreí ampliamente.

-Me gusta entonces.

-¿Sí?-preguntó con curiosidad.

-Claro. Es más, si te fijas, se ve claramente como tú me tiraste al suelo, y no que me caí yo como me has hecho creer todos estos años.

-¡Eso no es verdad!- se quejó mientras me hacía cosquillas.

-¿No? Ya verás...¡Ponlo de nuevo!

¿Cómo transcurrió el resto de la noche? Como podéis imaginar. Viendo el vídeo una y otra vez, discutiendo y peleándonos para ver quien tenía razón. Tras unas horas, vi como el sol comenzó a alzarse en el horizonte, iluminando levemente la habitación. Michael seguía a menos de dos palmos de la televisión, sumamente atento.

-¡Ahí!¿Lo has visto?-exclamó mientras señalaba con el dedo a la pantalla.-¡Te caíste sola! ¡Fíjate bien!

Me eché a reír ante su insistencia, pero mi risa se cortó ante un repentino bostezo.

-Michael, estoy cansadísima. ¿Qué te parece si seguimos debatiendo mi torpeza después de dormir algo?

Tras apenas decir aquello, apagó la televisión y abrió la cama. Me tomó de la mano y me ayudó a acostarme, pues me costaba horrores mantenerme con fuerzas a esas horas.

-No es necesario que te molestes tanto, en serio...

-Ni siquiera tienes fuerza para taparte, tontorrona-susurró en mi oído.

-Pero...

-Y tampoco las tienes para discutirme. Anda, descansa. Mañana tenemos un día entero lleno de actividades.

Gemí bajo las sábanas.

-Querrás decir hoy...y estoy hecha polvo. No creo que pueda salir de la cama en meses.

-Exagerada- su suave risa me relajó aún más.

Sentí como se acostaba a mi lado y me rodeaba con sus brazos.

-¿Qué canción quieres que te cante hoy?

-Mmmm-el sueño me impedía hablar, prácticamente- la que quieras...

No contestó. Y mientras acariciaba mi pelo con dulzura, comenzó a tararear “Human Nature” hasta que me abandoné a la inconsciencia del sueño.

Y allí estaba él, de nuevo. Pensé que por fin su recuerdo, o lo que fuese, iba a dejar de acosarme cada noche, pero me equivocaba.

Matt, aquel extraño chico misterioso, se encontraba caminando al lado de la que suponía que debía de ser yo, por la calle, tranquilamente, como cualquier pareja. Les escuché reírse, pues me hallaba a escasos metros por detrás de ellos. Aceleré en paso para escuchar de qué hablaban.

-¿Recuerdas cuando me dijiste que me querías?-preguntó Matt.

-Cómo olvidarlo-me escuché responder- Después de tomarnos las uvas, en Nochevieja, con unas copas encima de más y delante de toda tu familia.

-Estabas taaan graciosa-cometó él mientras se reía.

-Lo que tú digas listillo, pero lo realmente gracioso fue ver la cara que se te quedó. ¡Estabas rojo como un tomate!

Mi doble empujó a Matt cariñosamente. Él continuó hablando.

-Lo que si que recuerdo bien era la canción que sonaba de Michael de fondo. “Human Nature”

-Sí, me encanta esa canción. Además, a veces tengo la sensación de que el propio Michael me la cantó alguna vez.

-Ja ja ja, qué graciosa. Ojalá Isa. Ojalá hubieses tenido la oportunidad de conocerle. Era una persona tan mágica...

-Qué suerte que tuviste tú de conocerle. Ahora para mí ya es tarde.

Ella empezó a llorar. Y yo también, como si de un acto reflejo se tratase.

Y de nuevo, me desperté ahogando un grito y bañada en sudor.

¿Hasta cuando? ¿Hasta cuándo iba a atosigarme el recuerdo de una persona que no conocía? ¿Qué demonios estaba ocurriendo?


7 comentarios:

  1. hola yo soy una cnueva lectora y la verdad me encanta tu nove y solo espero el siguiente capitulo pero estubo buenisimo.
    Atte.
    Sandra =)

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  2. Isaa, qué capítulo para más perfecto!
    me fascina la relación entre ellos dos y me encanta como interactua Fran en todo eso. Es más que genial, de verdad.. felicitaciones por tremenda historia!
    Me alegra que estes subiendo capítulos más seguido :3
    gracias por regalarnos estos pequeños momentos de sueños y por hacer de esta historia, nuestro refugio y escape de la realidad : D
    simplemente, gracias!
    Espero que la sigas pronto :)
    Un beso!



    PD: me gustaría que te pases por mi blog (:

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  3. Isa! despues de tiempo reviso tu blog! que bueno que hayas seguido con la historia! me encanta!!!! escribes es muy lindoooo me encanto la manera como se casaron muy original. gracias por tu tiempo y seguir haciendonos soñar despiertas!!! cariños
    CLAUDIA

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  4. olaa!!

    la verdada no me gusto.............














    ME ENCANTOOOOOOOOOO!!!! hasta la lei con la boca abierta jeje pero no entiendo muy biene so de fran...... que va a pasar con el...... es muy buena

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  5. ISITA, tu forma de escribir es cautivadora, la historia perfecta, Michael un caballero, y Fran le da un toque melancólico a un final que ya llega con la separación de Michael e Isita, lo cual me pone triste, sin embargo la novela se enriquece.

    MUCHOS BESOS

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  6. Sabes la verdad...LO ADOROOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO=) que cuquiiiiii me encanta pero que va a pasar con fran no quiero que rompa lo que hay entre isa y michael... :(

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