lunes, 6 de diciembre de 2010

Capítulo 74.


Me incorporé con lentitud y miré a mi alrededor para situarme. Me encontraba en una de las habitaciones de mi apartamento, tendida en la cama. Volví a mirar a Michael, sujetando su rostro entre mis manos, asegurándome de que él seguía siendo real, y que no había cambiado nada. Las facciones de su rostro se habían vuelto algo más finas y delicadas, su piel estaba coloreada de un color algo más claro que 2 años atrás. Pero seguía siendo Michael. Seguía siendo mi Michael. Aferré con fuerza el cuello de su camisa roja y tiré de él hasta tumbarle en la cama a mi lado para poder abrazarle con más facilidad. Él acarició con suavidad mi mejilla y esbozó una sonrisa burlona.
-Vaya, voy a tener que venir más a menudo a despertarte. No sabía que me echaras tanto de menos. Y más aún cuando nos vimos ayer por la tarde.
Iba a contestar, pero unos pasos que no eran los nuestros llamaron mi atención. En apenas un par de segundos, Judith entró en mi habitación como si de un torbellino se tratase.
-No es por ser una aguafiestas-anunció con petulancia en la voz-Pero tenéis que coger un avión en una hora, y el aeropuerto está atestado de periodistas. Y yo tengo que estar en el trabajo en 50 minutos. Y si queréis que os lleve en el coche de la empresa tenéis que...

Vale. Judith tampoco había cambiado. Seguía estresándome tanto o más que el primer día. Dejé que siguiera hablando. Estaba demasiado ocupada escuchando la respiración de Michael, que me rodeaba con los brazos. Tenía la sensación de que la charla de Judith le estaba importando lo mismo que a mí. Finalmente, se separó de mí, y me tendió una mano para ayudarme a ponerme en pie.
-¡Ya era hora!-exclamó Judith mientras abría el armario y sacaba una maleta- toma, aquí tienes tus cosas. Sí, ya me he encargado yo de preparártelas, porque como tuvieras que hacerlo tú, nos daría tiempo hasta de ver nacer a tus hijos, porque claro, como eres tan desordenada, pretendes que los demás...
-¡JUDITH!-La interrumpí alzando mi voz unas ocho octavas por encima de la suya- Ya vale. Y gracias por la maleta.
Ella me escudriñó con la mirada, para después encogerse de hombros.
-Os espero en el coche. Y como tardéis más de 5 minutos me voy sin vosotros.
Tras decir aquello abandonó la habitación. No respiré hasta oír como se cerraba la puerta del apartamento. Al comprobar que estábamos solos, Michael y yo soltamos el aire a la vez.
-Esto de que la hayan ascendido no la sienta bien, ¿eh?-comentó él mientras yo abría mi armario, escogía unos pantalones, una camiseta, y me cambiaba.
-Supongo que no-respondí. Desconocía que hubiesen ascendido a mi amiga, pero al fin y al cabo, era una buena noticia- Por cierto Michael...¿Cuántos días vamos a estar en España?
Le miré de reojo y ví como echaba cuentas mentalmente.
-Pues...creo que 4 días. Tengo 2 conciertos allí. Aunque si quieres podemos quedarnos más, claro.
¿Cómo? ¿Quedarme más allí? ¡Era obvio que no! Es más...¡ni siquiera quería ir!
-No hace falta amor, no quiero interrumpir tu gira.
Abrió los ojos como platos y esbozó una sonrisa de esas que con seguían dejarme sin respiración.
-¿Qué has dicho?-preguntó enarcando una perfecta ceja.
-Que no me apetece interrumpir tu gira por uno de mis caprichos.
-No, no digo eso. ¿Cómo me has llamado?
Adivinando sus intenciones, correspondí a su sonrisa y caminé hacia la puerta.
-Será mejor que nos vayamos ya, Judith debe de estar echando fuego por los ojos ahora mismo.
-Eh, no tan deprisa-dijo mientras se colocaba tras la puerta, impidiendo mi salida.- ¿Cómo me has llamado?
-Amor-contesté encogiendome de hombros.
-¿Amor?
-Sí. Perdona si te llamo amor-contesté citando a uno de mis autores favoritos del 2009.
Por el rostro de Michael pasó la más extrañas de las expresiones.
-¿No te gusta?-pregunté.
-Claro que me gusta. Es...diferente.
Mi móvil emitió un zumbido. Miré la pantalla. Se trataba de un mensaje de Judith. Lo leí en voz alta.
-“Me voy a ir ya, os lo digo en serio. Vosotros veréis, pero Michael actúa mañana, no sé como lo veréis...”
-Vamonos anda.
Aferré su mano con fuerza, y abandonamos el apartamento. Apenas fui consciente de nada más, sólo de que los brazos de Michael me rodearon en todo momento, firmes y dulces a la vez. En el avión me encontraba extrañamente cansada, así que dormí durante todo el viaje. Los labios de Michael presionando mi frente me despertaron.
-Arriba pequeña, ya hemos llegado.
Abrí los ojos, repentinamente alerta, y miré alrededor. Toda una comitiva de periodistas y fans nos esperaban. Miré a Michael con la interrogación en los ojos.
-No te preocupes-me tranquilizó él.-Yo salgo primero. Y pasados diez minutos sal tú, afuera hay un coche que te llevará al hotel. Nos encontraremos allí, ¿vale?
Asentí algo aturdida. Él besó mi frente con ternura y bajó del avión. Transcurrido el tiempo que el me había dicho, imité su movimiento. Para entonces por supuesto ya no había ni un alma en la pista. Salvo un flamante coche negro.
El viaje al hotel se me hizo muy corto, apenas fueron cinco minutos más. El hotel ya lo conocía, pues lo había visto en múltiples reportajes con anterioridad. En la recepción, rodeado de productores musicales y de empleados del hotel, se encontraba Michael, firmando unos papeles. No sé como lo supo, pero adivinó que había llegado, ya que alzó la cabeza y al localizarme, guiñó un ojo en mi dirección. Miré nerviosa a mi alrededor, como esperando encontrarme a Matt en cualquier momento. Pero nada. No había nada en aquel sitio aparte de Michael que me llamara la atención.
Me equivocaba. Al otro lado de la estancia, recostado sobre una pared, me contemplaba Eric, con una sonrisa de oreja a oreja. El brazo de Michael me distrajo.
-Ya he terminado Isa. ¿Subimos a la habitación?
-Sí, claro.
Cuando entramos en el ascensor y se cerraron las puertas no pude evitar soltar un suspiro de alivio.
-¿Estás bien?-preguntó preocupado.
-Sí,sí...es sólo que tanto trajín me agobia un poco.
-Claro, lo entiendo.
Las puertas del ascensor se abrieron al llegar al ático. Alcé la mirada. Allí estaban esos ojos verdes, mirándome con curiosidad desde el pasillo. La sangre dejó de circular por mis venas,a causa de la sorpresa. Ese era Matt, sin duda. Lo supe por el escalofrío que me recorrió nada más verle. Él en cambio, me ignoraba por completo, pues observaba completamente fascinado a Michael.
-Hola. Me llamo Matt, encantado de conocerte. ¿Me firmas un autógrafo, por favor?

5 comentarios:

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  2. Me dio mucha risa la parte de Judith xD q enojona y apresurada! me estrese xD yo tambien soy demorona y desordenada como Isa jejee

    Ay no ya llego Fran :S

    Ahora si me dejastes con una super intriga u_u

    Espero q la sigas pronto :)

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  3. Heey que buen capítulo, como siempre.. hermoso :)
    Jamás me canso de leer tu historia Isa!
    Pero bueno, pasando a la trama.. me dió risa la parte de Judith xDDD.. me hizo acordar a mi madre O_O jaja!
    y a lo de Fran.. solo puedo decir:
    "AAAAY NOOO U_U"
    de verdad, no me gusta NADA que se hayan encontrado.. y todavía le pide autógrafo ¬¬' pero bueeeno, el no tiene la culpa u_u
    Sigue así Isita! eres de las buenas escritoras que ya no se encuentra fácilmente :)
    Espero actualización pronto!
    un beso!

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