viernes, 19 de marzo de 2010

Capítulo 20.


-Dime la verdad- añadió Julia- ¿Qué sientes por ese chico?

-¿Me creerías si te digo que lo que siento por él no se puede explicar con palabras?

Julia se echó a reír.

-Jajajajajaja. Así que estás enamorada…vaya, vaya…

Negué con la cabeza, disgustada. Obviamente ella no podía entender la profundidad de mis sentimientos. Nadie podría. Y la verdad, es que quería a Michael con tal intensidad y de una forma que carecía de lógica y de sentido intentar si quiera explicarlo.

-No. No de la manera que tú piensas- la respondí.

-Pues no lo entiendo. ¿De cuántas formas distintas podrías enamorarte de una persona?

Volví a negar con la cabeza.

-Es igual, ni tú lo entiendes ni yo sé explicarlo, así que mejor dejamos el tema.- concluí con una sonrisa.

Con su ayuda, conseguimos subir el cuadro a mi habitación. Lo coloqué al lado de la televisión, enfrente de la cama.

-Isa, ¿te apetece que vayamos a dar una vuelta?- dijo Julia.

-Pero estás trabajando, tienes que atender en la recpeción…

-¿Atender?¿a quién? ¡Si sólo estás tú!

Me eché a reír.

-Está bien.

Cogimos nuestras cosas y nos fuimos a dar una vuelta. Pasamos por lo que debería ser mi casa, que en ese momento no era más que una pradera con unos cuantos caballos. Toda la zona que debería abarcar mi instituto, las casas de mis amigos, y mi tienda de chucherías favorita, estaba ocupada por aquella pradera. Más entrada la tarde nos fuimos a un bar a las afueras de Villalba, y mientras tomábamos un café, apareció Michael en las noticias. Julia no se dio cuenta, ya que estaba de espaldas a la televisión. Contemplé la pantalla muda de asombro, no esperaba verle.

-“El recién declarado Rey del Pop, está preparando su últimos concierto aquí en los Ángeles, antes de tomarse, como él mismo ha dicho, unas merecidas vacaciones. No quiso añadir a dónde se iba a dirigir. Sólo dijo que iba a volar muy alto, junto con campanilla. No sabemos a qué se referirá. En fin, Jackson siempre será in misterio”- dijo el presentador mientras aparecían imágenes de Michael ensayando.

-¿Se puede saber qué estas mirando que no me estás prestando atención?-preguntó Julia, sacándome de mi asombro.

-Nada, nada…

Finalmente, nos volvimos al hostal al anochecer. Me despedí de Julia y subí a mi habitación. Cerré la puerta al entrar, y me tumbé en la cama.

2 semanas me parecían muchísimo tiempo. Y no importaba qué hiciera, los días pasaban lentamente, interminables. Los segundos parecían horas, los minutos, días. Y las horas, semanas.

Me cambié y me metí en la cama, pero era incapaz de dormir. Estaba inquieta. Así que bajé a la recepción para hablar con Julia, que en ese momento, dormitaba apoyada sobre uno de sus brazos.

-Eh- la saludé mientras la zarandeaba.

-¿Qué pasa?- me preguntó mientras se desperezaba y emitía un bostezo ensordecedor.

-No puedo dormir.

-Mira tú que bien. Yo si podía, pero me has despertado.- me dijo fulminándome con la mirada.- pero bueno, supongo que ya no importa, ya estoy despierta, así que…

-¿Jugamos a las cartas? La pregunté.

Sonrió. Nos pasamos la mayor parte de la noche jugando a las cartas, mientras hablábamos de nuestra infancia y adolescencia. Tuve especial cuidado en no desvelar nada que pudiera hacer dudar de mi procedencia. Luego nos sentamos en los sofás de la recepción, y mientras bromeábamos sobre trivialidades, me quedé dormida.

-Vamos Isa, despierta.

Abrí los ojos y ví a Julia, sonriéndome.

-Son las 8 de la mañana. Anda, sube a la habitación a dormir algo.

Asentí sin saber muy bien lo que me estaba diciendo, y subí a la habitación arrastrando los pies. Al entrar me tumbé sobre la cama y me dormí de nuevo antes de abrir la colcha.

No sé cuanto tiempo estuve durmiendo. Seguramente todo el día. Lo supe por el ruido inexistente en la calle. Aún así, cuando me desperté no me moví, continué tapada con la manta hasta los ojos, contando los latidos de mi corazón. Y fue al moverme un par de centímetros, cuando percibí un aroma que me resultaba algo más que familiar…

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