viernes, 5 de marzo de 2010

Capítulo 13.


Me despertó el sonido de la ducha. Lejos de querer abrir los ojos, esbocé una sonrisa y me tapé aún más con la colcha, percibiendo así SU olor. Puede que a otra persona en mi misma circunstancia le aterrara el hecho de haber “viajado en el tiempo” y encontrarse en el año 1989, muy lejos de todo lo que hubiera conocido hasta el momento. Pero yo, en cambio, nunca había sido tan feliz. Tan…tan feliz, que la ausencia de mis seres queridos no parecía importarme en absoluto. Tan sólo quería disfrutar de aquellos momentos como si fueran los últimos. Oí cerrarse el grifo de la ducha.

Finalmente abrí los ojos y me regodeé al reconocer la pequeña habitación del hostal. Me levanté y fui danto tumbos hacia un espejo que se encontraba al fondo de la estancia. ”uff…vaya pinta que tengo”, pensé mientras con una mano intentaba desenredarme el pelo. Me agaché, abrí la maleta, y cogí algo de ropa. Luego llamé a la puerta del baño.

-¿Michael? ¿te falta mucho?

-No, espera un segundo.

Tras unos minutos, abrió la puerta. Tenía el pelo aún mojado, y lo llevaba suelto, de forma que unos bucles enmarcaban su más que perfecto rostro.

-Buenos días.-me saludó con un beso en la mejilla.-¿Qué tal la noche?

-Ni me acuerdo de ella, asi que supongo que bien.- contesté sonriéndole.-¿y la tuya?

-Pues creo que es la primera noche en mucho tiempo que duermo a pierna suelta.

Sonreí más ampliamente. No había nada que anhelara más que Michael pudiera descansar.

-Bueno, te dejo.-añadió, echándose a un lado.

Asentí, entré en el baño, y cerré la puerta tras mi paso. Me duché, vestí, y peiné en un tiempo récord. Cuando salí de la habitación él estaba allí, mirando distraído por la ventana.

-Ya estoy-le informé.-¿qué quieres hacer hoy?

Se giró y me dedicó mi sonrisa favorita.

-Hoy quiero ir a ese bosque del que me hablaste en el Zoo. El sitio que te ayudaba a desconectar.

Miré por la ventana, escudriñando el cielo, que comenzaba a cubrirse de nubes.

-No sé si el buen tiempo nos va a acompañar.-comenté.

-No me importa, quiero ir.

Suspiré. El sitio donde quería ir era una reserva natural a unos 20 kilómetros de dónde nos encontrábamos: La Pedriza.

De niña mi abuelo siempre me llevaba, montada sobre sus hombros, nos sentábamos en una piedra de dimensiones enormes a la orilla de un río, y nos quedábamos allí, contemplando la naturaleza, a veces durante días enteros. Me contaba la importancia de los árboles, del agua, de la vida que habitaba en ese lugar.

La voz de Michael me sacó de mis pensamientos.

-¿Bueno, nos vamos?

-De acuerdo, pero cógete algo de abrigo.

Asintió, cogió un par de chaquetas, y abandonamos la habitación. Al bajar a la calle una ráfaga de viento me hizo estremecerme. Michael lo percibió y me rodeó con uno de sus brazos, lo cual se lo agradecí. Caminamos hasta llegar al centro del pueblo, prácticamente irreconocible a mis ojos. Finalmente localizamos un taxi. Entramos rápidamente.

-A la Pedriza, por favor.- pedí con un escalofrío, tiritando de frío.

Miré a Michael acusadoramente.

-¿Qué pasa?- preguntó poniendo su cara más inocente.

-Que voy a pillar una neumonía por tu culpa.

-Ay, pobrecita- dijo socarrón.

Le saqué la lengua como una niña pequeña y me acurruqué en sus brazos, intentando así caldearme.

-Hay algo de lo que me gustaría hablarte.- comentó a mitad del viaje.

Miré hacia arriba buscando sus ojos, per él miraba por la ventana, por lo cual me fue imposible.

-¿De qué?

-Verás…es…complicado.

Me incorporé levemente, repentinamente alerta por lo que me tuviera que decir.

-Tranquila, no es malo…es solo que…

-Michael, ¿vas a decirme de que se trata?- pregunté impaciente.

- Si, claro…anoche…cuando te dormiste…empezaste a retorcerte mucho, como si estuvieras inquieta…y luego…luego dijiste algo…que me asustó un poco, la verdad.

-¿Qué fue lo que dije?- pregunté mientras me ponía rígida. (Por favor, que no haya dicho nada de lo que creo que he podido decir)Pensé.

-Dijiste…algo así como…”Michael no te vayas otra vez”…”no creo que sea capaz de volver a soportarlo…”…”no puedo dejar que llegue el 25 de Junio”. ¿Me puedes explicar de qué se trata?

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