-¿Qué? ¿cómo que te tienes que ir? ¡pero si sólo llevamos aquí 2 días!-dije prácticamente a voz en grito.
-Ya, ya lo sé…pero como no hice el concierto, la prensa empezó a especular…se han inventado todo tipo de rumores…desde que me han raptado, pasando por asesinato o suicidio.
Parpadeé, incapaz de asimilarlo.
-¿Y quién se va a creer semejante estupidez?
-Pues por ejemplo, los que creyeron que dormía en una cámara hiperbárica, que compré los huesos del hombre elefante, o los mismos que dicen que me blanqueo la piel.-argumentó.
Asentí. Tenía razón.
-Pero no quiero que te vayas-farfullé como pude, ya que la pena me obstruía la garganta. Luché por no llorar en su presencia, pero no pude evitar que se me escapara alguna lágrima. Michael lo percibió y se sentó a mi lado, rodeándome con sus brazos.
-Yo tampoco-reconoció él con la voz triste.- pero no te preocupes, volveré en cuanto pueda.
-¿Cuánto tiempo es eso?-pregunté.
-Pues…tengo que dar unos 10 conciertos aún…un mes, más o menos.
Me estremecí. ¿1 mes sin él? Puede que hace unos meses, cuando vivía aquella pesadilla, no me hubiera afectado tanto. Pero después de haber pasado esos días juntos no podía separarme de él. Me era imposible.
No añadí nada más. Michael no se separó de mí. Siguió abrazándome y consolándome hasta bien entrada la noche. Finalmente hablé.
-¿Cuándo te tienes que ir?
-Pues…la verdad es que en cualquier momento.-contestó.
-Vete, entonces- le pedí con el rostro anegado en lágrimas.
-No seas tonta, no me voy a ir todavía, me quedaré contigo hasta que te duermas.
No dije nada.
-Eh, anímate. No quiero verte así. Y voy a acordarme mucho de ti este mes, y espero que te recuerde con tu sonrisa.
Le ignoré. Me hizo mirarle y me puso una de sus muecas, lo cual provocó que se me escapara una sonrisa.
-Esa es mi chica-me dijo mientras me besaba el pelo.-te voy a echar mucho mucho mucho de menos.
-¿Me escribirás?-le pregunté levantando un poco las comisuras de los labios.
Él asintió, devolviéndome la sonrisa.
-En cuanto pueda.
Me relajé casi al instante. Al menos iba a tener noticias suyas.
-Y cuando vuelva-añadió- no me iré nunca nunca más. Nos iremos de vacaciones. A Egipto. ¿Qué te parece?
-mmm, suena genial.
Suspiré y cerré los ojos. No quería dormirme, pero supongo que era inevitable después de lo poco que había dormido la noche anterior. Cuando desperté, no quise abrir los ojos. Quería seguir fantaseando con la idea de que él seguía a mi lado. O que estaría duchándose, y que al salir me traería el desayuno. O que nos iríamos a dar un paseo, o a comprar juegos. Pero tenía que hacerme a la idea de que se había ido. Así que abrí los ojos.
Y allí estaba yo…en medio de una habitación, que aunque antes me había parecido rústica y acogedora, ahora sólo me parecía un conjunto de paredes con un techo. Inspiré lentamente. Aún percibía el aroma de su perfume, como si fuera reciente.
Me incorporé, y al apoyar la mano en el colchón percibí algo. Miré y vi que debajo de mi mano había una nota. La miré detenidamente. Era su letra.
“No quise despertarte. Estabas profundamente dormida y me dio lástima. Te he dejado algo de dinero para que te compres cosas. Ya te echo de menos. Hazme un favor: ¿cuídate mucho vale? y no te olvides de mí. Te quiero, Michael”
Sonreí. Releí la nota unas cuantas veces más, hasta memorizarla, y luego la guarde bajo la almohada. Me miré el pie. Afortunadamente la hinchazón había disminuido y ya no me dolía tanto. Probé a moverlo, y sentí una punzada de dolor. Me levanté cojeando y como pude arreglé la habitación, y me duché. Cuando salí del baño intenté pensar que podía hacer para entretenerme, pero no se me ocurría nada. Miré en la mesa para ver cuánto dinero me había dejado, y casi se me salieron los ojos de las órbitas. Había un fajo de unos 50 billetes. “Este Michael…”pensé mientras volvía a sonreír. Como seguía sin saber que hacer, opté por lo más fácil y cómodo en ese momento. Dormir. Y eso hice, mientras recordaba SU sonrisa. Y la volvería a ver de nuevo, antes o después.
La gente siempre difundiendo falsos rumores sobre él
ResponderEliminar