-Michael, yo…
-Calla, no digas nada.
Tapó mi boca con su mano, fría como el hielo.
-Pero…
Negó con la cabeza y me empujó con suavidad hacia el interior del observatorio. Cuando abrió la puerta ahogué un grito. Estaba a oscuras, la única luz existente provenía de unas pocas velas colocadas a lo largo de la estancia. Un mantel se encontraba extendido en el suelo, con una cantidad ingente de comida. Me acerqué y cogí una botella.
-¿Cava?- pregunté sorprendida.
Se encogió de hombros.
-Para las ocasiones especiales, siempre. Mira, tienes que ver esto.
Tendió su mano hacia a mí y la tomé de nuevo, momento en el cual descargas eléctricas recorrieron mi cuerpo. Nos acercamos al telescopio. Bajo él había un sillón inclinado casi 180 grados. No esperé a que Michael hablara. Me senté y acerqué el ocular hacia mí. Michael giró el buscador.
-¿Qué quieres ver?
-¿Hasta dónde alcanza esto?
Él rió dulcemente.
-Hasta Plutón, más o menos…
-Entonces quiero ver Saturno.
-También es mi favorito- dijo.- ya está.
-¿Cómo sabes localizarlo?
-Vengo aquí cada fin de semana, costumbre.
Observé atónita a través de los oculares la belleza de lo que se alzaba ante mis ojos. Nunca encontraré las palabras adecuadas para expresar lo que vi, lo que sentí. Pero de repente, me entró miedo, y alejé el telescopio de mis ojos.
-¿Qué ocurre?- preguntó Michael.
-Me da miedo
-¿El qué?
-La inmensidad. Nuestra ignorancia. Lo diminutos que somos…
-Lo siento- susurró bajando la cabeza- pensé que te gustaría.
Me levanté rápidamente y tomé sus manos entre las mías. Una lágrima afloró en sus ojos. Se me encogió el corazón. No soportaba verle llorar. Como dijo una de mis autoras favoritas en uno de sus libros, “un ángel no debería llorar, eso no está bien”. Así que aparté lo acontecido aquellos años anteriores para rodearle con mis brazos, sabiendo que no podría separarme después.
-Sí que me ha gustado, es sólo que soy una miedica, ¿lo recuerdas?
Alcé su rostro, y con mis dedos limpié sus lágrimas. Sus ojos brillaban más que nunca. Elevó las comisuras de sus labios, haciendo asomar una pequeña sonrisa.
-Eso está mejor- sentencié.- ¿Cenamos?
La cena transcurrió sin incidencias. Hablamos sobre trivialidades. Me contó que había hecho aquellos 3 años anteriores y cómo había evolucionado su carrera musical. Al terminar de cenar, llenó las copas con un poco de vino.
-¿Brindamos?
Cogí la copa, pero había una pregunta que me obstruía la garganta.
-Michael…
-¿Sí?
-Supongamos que todo lo que me contaste esta mañana, es verdad. Lo de Lisa y su falso embarazo.
-No hay que suponer nada, es la verdad.
-Bueno vale. Si realmente fue así… ¿por qué dejaste que me marchara? ¿por qué no me detuviste?
Le vi dejar la copa en el suelo. Se acercó a mí y sostuvo mi rostro entre sus manos con infinita delicadeza, como si se pudiera romper.
-En eso te debo una disculpa. Yo…no sé como explicártelo para que lo entiendas. Fui un cobarde. Nunca he tenido que impedir nada a nadie, y en aquella ocasión…no sabía que hacer, ni qué decir…supongo que no se me dan bien las discusiones.
Rehuí mirarle. Contemplé absorta la copa de vino, que aún sostenía.
-Te busqué. Te juro que lo hice. Durante día y noche. Puse el mundo del revés por ti. Contraté a cuanta gente me resultó posible para que te localizaran…viajé a Villalba…
-Espera… ¿a Villalba?
-Sí, pero no importa. En mi nuevo disco te escribí una canción, con la esperanza de que la escucharas, pero no apareciste.
De nuevo abrí la boca de puro desconcierto.
-¿Una canción?
Michael se echó a reír.
-Se me había olvidado cuánto me gusta tu cara de desconcierto. Si, una canción.
Se levantó y caminó hacia una estantería. Cogió una cinta de vídeo y se acercó a un televisor.
-Y grabé hasta un videoclip. Mañana se estrena a nivel mundial. Era mi último recurso para poder dar contigo. ¿Quieres verlo?
Cavilé en mi mente unos segundos. ¿Michael había escrito una canción para mí, así como un videoclip en el disco “Dangerous?
-Vale.
Esbozó una sonrisa y puso la cinta. Casi al instante, se reflejó el videoclip Remember The Time.
-Lo grabé en Egipto- comentó mientras se sentaba en el suelo, a mi lado- en el hotel donde nos enamoramos.
No podía salir de mi asombro. Quien me iba a decir, 20 años después…que esa canción existía por mí.
:O
ResponderEliminarque precioso!!! me encanta de verdad!!!
continuaa pronto:)
Isita:Sigue con tu historia eres la que mejor y con mas sentimiento reflejas lo que verdaderamente podria ser una historia de amor con Michael...
ResponderEliminarMM
Yo tener que reproducir tus propias palabras...
ResponderEliminarYo ser monstruo de las galletas, yo querer MÁS!
Tú saber cuanto gustar a mí!
(LLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLL)
Cada dia te superas a ti misma o_O , Michael y tu solos en un sitio apartado... hummm.. ya estoy pensando mal XDDD.
ResponderEliminarQUIERO SABER COMO SIGUEEE! AAAH! me tienes totalmente enganchada, no creo que pueda vivir sin mi capitulo diario.
Con lo de remember the time me has dejado muerta, que manera tan perfecta de enlazar acontecimientos o_O
Genial
ResponderEliminarAy hermoso! Esa canción de verdad parece que se la dedicó a alguien
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