Cerré los ojos y cogí todo el aire que me fue posible, deleitándome con el modo en el que el aroma de Michael penetraba en mis pulmones, dotando cada una de mis terminaciones nerviosas de vida propia. Cada parte de mí, cada centímetro, se encontraba completamente colmado de él. Michael mirándome, Michael susurrándome cálidos “Te quiero”, Michael besando cada centímetro de mi cuello, Michael rodeándome con sus brazos. Michael, sólo Michael. Así es como tenía que haber sido desde el primer momento, y como yo deseaba que fuera.
Cuando sus besos empezaron a descender unos centímetros por debajo de mi cuello, reí con suavidad.
-Vas a acabar conmigo.
-Sólo intento demostrarte las ventajas que tiene este maravilloso colchón para que no vuelvas a levantarte de él en todos los meses que te quedan de embarazo.-susurró mientras alzaba la cabeza y me ofrecía una de sus mejores sonrisas.
-Oh, claro. Buen plan. Dejarme físicamente tan agotada que no tenga ganas ni de moverme.
-¿Tienes alguna objeción contra él?
-Sí. Que no resulta ni la mitad de interesante si tu no vas a estar conmigo todo ese tiempo.
Volvió a exhibir esa sonrisa que tanto me gustaba y se inclinó para besarme con suavidad.
-Tengo que ensayar…- Me recordó al oído.
-Bla,bla,bla. Lo que pasa es que tienes ganas de ver a Carla.
-No digas tonterías. Tengo una idea. Ya no tengo ningún compromiso en lo que queda de tarde. ¿Qué te parece si nos vamos al cine tu y yo? ¿Los dos solos?
Puse los ojos en blanco.
-Michael, no cuenta ir al cine de tu casa y lo sabes.
Él rió divertido, se puso de pie y me tendió su mano para ayudarme a que me levantara.
-No me refiero al cine de mi casa, me refiero a uno de fuera. De la ciudad. Nos vamos a la ciudad.
-Tú definitivamente te has vuelto loco. Tanto ensayo y tanta Carla te está dejando sin…
No me dejó terminar la frase. Sujetó mi rostro con delicadeza entre sus manos e incrustó sus ojos en los míos. ¿Existía alguna mirada que fuese capaz de hacerme olvidar hasta mi propia existencia? Sólo una: La de Michael.
La calidez de su mirada azabache se derramaba por cada centímetro de mi rostro, aturdiéndome como tantas veces había hecho en el pasado. No era justo. Siempre había creído que la belleza tenía mil formas, pero en el momento en el que le vi por primera vez, supe que perfección sólo había una. Y esa perfección se encontraba frente a mí, dedicando cada segundo de su tiempo a hacerme feliz.
La sangre no tardó apenas en acudir a teñir mis mejillas de rojo y a abandonar mis piernas, provocando que estas sufrieran una leve pérdida del equilibrio.
-La única persona que me vuelve loco eres tú, pequeña- susurró mientras su dulce aliento aturdía mis sentidos.
Inmediatamente, me acerqué a sus labios para saborearlo mejor, pero Michael se echó hacia atrás unos cuantos centímetros, sonriendo travieso. Le asesiné con la mirada y fruncí los labios.
-Antes de que me gruñas y me saltes a la yugular, me gustaría saber si aceptas el plan-comentó a la vez que se acercaba a la mesilla de noche y cogía uno de los múltiples sombreros de fieltro.
Tuve que sacudir la cabeza varias veces hasta centrarme lo suficiente.
-Sería una idea estupenda de no ser porque pueden saltarte a la yugular los paparazzi, y no precisamente como lo haría yo.
-Lo sé, por eso voy a disfrazarme. Elige. ¿Me disfrazo de anciano desvalido o de alcalde mosqueado?
-¿Alcalde mosqueado?-pregunté entre risas- ¿Qué disfraz es ese?
Como era usual en Michael, no me respondió, salió de la habitación y echó a correr escaleras abajo. Antes de que quisiese moverme del sitio ya le tenía frente a mí (La rapidez con la que aparecía y desaparecía también era muy común…) con la máscara que había usado anteriormente en el vídeo de “Ghosts” Se la colocó con cuidado, dio una vuelta rápida e hizo una reverencia.
-¿Qué tal?-preguntó.
-Es muy, muy buena. Fíjate, no te reconozco ni yo.
-Jajajajaja, sí, seguro que ya no te parezco sexy ni deseable ni todas esas cosas que me dices cuando me haces la pelota.
Sonreí con sorna y me alejé un par de pasos de él.
-No, nada de nada. Estás horrible.
Volvió a recortar la distancia entre nosotros, aprisionándome contra la pared que se encontraba a mi espalda
-¿Cómo de horrible?
-Ufff, espantoso-contesté aguantándome la risa.
-Hummm… ¿Me das un beso?
-No.
-Anda… dame un besito…- Susurró mientras acercaba esa horrible careta hacia mi cara.
-¡Michael!-Chillé girando la cara entre risas.
Le escuché reírse bajo el disfraz. Me cogió en brazos y comenzó a darme pequeños besos por el cuello.
-¿Sabes?-Comentó- Ya no me gusta esta careta.
-¿Y a qué se debe ese repentino cambio de opinión?
-A que no puedo besarte como me gustaría.
Así que sin más, se arrancó la máscara a la vez que me sujetaba con el brazo que le quedaba libre, para después presionar sus labios contra los míos.
Finalmente fuimos al cine, aunque Michael optó por no cambiarse de disfraz y llevar el de aquel alcalde. La verdad es que fue tremendamente divertido ir con él por la calle como dos desconocidos. Sólo una persona que conociese el andar tan sinuoso y elegante de Michael se habría dado cuenta de quién se encontraba bajo la máscara, como efectivamente pasó con un par de fans que nos encontramos por el camino.
Por supuesto, se paró para atenderlas, firmarlas autógrafos y envolverlas en dulces abrazos. No pude evitar que una lágrima se escapase de mis ojos, pues recordaba perfectamente una frase que él mismo había dicho en una de sus múltiples entrevistas. “Si pudiese al menos dedicarles a cada uno de ellos cinco minutos de mi tiempo, lo haría. Vivo por ellos y moriré junto a ellos”
En el cine lo pasamos genial. Nos metimos a ver una película de terror, por lo que Michael se pasó las dos horas riéndose de mis súbitos gritos y repentinos saltos en la butaca. A mitad de la película se inclinó sobre mi oído.
-Ahora es cuando sales aterrada del cine y te seduzco de camino a casa.
-¿Con zombies? ¿Cómo en “Trhiller”?
-No, sin zombies. Sólo tu y yo, como al principio.
Sonreí eufórica ante esa perspectiva. Y deseé que la película finalizase pronto.
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Bien, tras dos meses ya estoy aquí. Siento muchísimo haber tardado tantísimo en publicar, y la verdad es que no tengo ningún motivo de peso. Únicamente se me complicaron las cosas y empezar de cero no es fácil, por lo que tuve que marcharme todo este tiempo en el que por supuesto, jamás me he olvidado de vosotras ni de Michael.
Os anunció también que la novela finalizará el día 23 de Febrero, en el que serán subidos el último capítulo y el epílogo. La verdad no sé que ocurrirá ese día. Después de casi dos años con este proyecto, no puedo creer que estemos a punto de llegar al desenlace. Os lo dije en su día y os lo repito ahora. Si podéis perdonarme por este retraso (Que espero que sí), espero vuestros comentarios de aquí al final. Sois vosotras las que le dais vida con vuestro apoyo.
Por último también tengo una propuesta para vosotras!! :) En la página oficial de la novela en FB, mañana comenzará un concurso. ¿Sobre qué? Me gustaría que cada una de las que queráis participar creaseis un avatar, una imagen de la historia, sobre todo lo que ha significado para vosotras, sobre cómo os habéis imaginado cada instante, cada segundo. Una edición de Back To The 90's a vuestros ojos. ¿Sería precioso no creéis? :)
Las imágenes podéis publicarlas en la página de FB (AQUÍ) o enviármelas por correo a la siguiente dirección: suzu_cb_90@hotmail.com
Las que reciba por e-mail las publicaré en la página oficial de la historia.
El concurso durará hasta el día 23 también. Y las imágenes podrán ser votadas por todas vosotras :). La edición ganadora pasará a ser la imagen oficial de Back To The 90's, y presidirá también el encabezamiento del blog y del la página de FB.
Bien, eso es todo.
¡Un abrazo muy fuerte a todas y cada una de vosotras! ¡Os espero en FB! :)